lunes, 30 de mayo de 2011

Es tiempo de acabar con el mito de Robin Hood

Si se juzga por los comentarios el plan para reducir el déficit federal de USA de Paul Ryan (pre-candidato presidencial del Partido Republicano), se podría pensar que el plan es una reducción del presupuesto del gobierno en un 90%. E.J. Dionne (periodista demócrata del Washington post), por ejemplo, lo llama “radical, irresponsable y extremo”, y pregunta, “¿es esto el fin del gobierno progresista?”. La verdad es que Ryan en realidad propone aumentar el gasto público en los próximos años, sólo que a una tasa menor que las proyecciones actuales. Así que ¿por qué los críticos de Ryan levantan los brazos en señal de protesta?

Porque el plan de Ryan se atreve a tocar (si bien, casi nada) lo intocable, la situación de la ayuda social. El plan de Ryan que, entre otras cosas, pretende recortar y reorganizar el Medicar y el Medicaid (plan de salud público para jubilados y pobres, respectivamente), y también reducir la ayuda federal para la educación. Para los críticos del plan, esto equivale a “la redistribución inversa de Robin Hood”, como el ex vicepresidente de la Reserva Federal Alan Blinder lo llamó, “sobre dos tercios de los llamados valientes recortes presupuestarios, vendrían de programas que atienden a estadounidenses de bajos y medianos ingresos, mientras que los ricos se beneficiarían de las abundantes reducciones de impuestos”.

La “redistribución inversa de Robin Hood” sugiere que el plan de Ryan roba a “los pobres” y les da a “los ricos”. Pero recortar la ayuda social no es un robo, y recortar los impuestos no es un regalo.

La ayuda social es esencialmente dádivas del gobierno: el gobierno toma el dinero de algunas personas con objeto de financiar las jubilaciones, las visitas al médico, y cualquier otra cosa que el gobierno considere digna. Son beneficios no ganados. Es vergonzoso que en una sociedad civilizada tengamos que decir esto, pero conseguir que nos roben menos es mejor al actual saqueo del que somos víctimas.

Un recorte de impuestos, por el momento, no es el fin de las dádivas del gobierno, se trata solamente de una reducción de la cantidad que el gobierno le roba de sus ingresos. Si usted es un billonario, millonario, o un inversionista ambicioso, un recorte de impuestos significa que se quedará con más de lo que gana justamente.

En este contexto, considerando el reciente discurso sobre el presupuesto del presidente Obama, en el que criticó el plan de Ryan insinuando que “a pesar de que nosotros no nos podemos dar el lujo de cuidar ancianos y niños pobres, de alguna manera nosotros nos permitimos más de $1 billón en nuevos incentivos fiscales para la ricos”. Cuando Obama habla de que “nosotros” nos podemos dar el lujo, él está obviamente engañándonos con la premisa de que toda la riqueza pertenece legítimamente a la sociedad y que el gobierno, como representante de la sociedad, deberá repartir la riqueza como lo considere oportuno.

Nosotros rechazamos esa premisa. En nuestra opinión, usted ganó su riqueza y le pertenece completamente a usted, y ningún político tiene algún derecho a hablar acerca de cuánto de su dinero se le debe “permitir” mantener. Es verdad el déficit del gobierno, pero es debido al gasto considerablemente mayor a la recaudación de impuestos. Y que gran parte de ese gasto, Obama admitió, va hacia la ayuda social.

Entonces, ¿qué propuso Obama como solución a este exceso de gasto? Según el presidente, la solución no puede ser dejar de repartir cheques de ayuda social. Eso sería “abandonar el compromiso fundamental que ha mantenido a este país por generaciones”. En cambio, tenemos que aumentar los impuestos a los ciudadanos productivos de América. (¿Qué hay sobre el “compromiso fundamental” de Estados Unidos de proteger los derechos inalienables de cada individuo, incluyendo su derecho a los frutos de su propio trabajo? Obama no lo dijo).

El mensaje está claro: es necesario y tal vez noble privar a una persona de lo que ha ganado, pero sería moralmente monstruoso privar a una persona de lo que no ha ganado. ¿Ha creado riqueza? Gran cosa. ¿Usted tiene una necesidad que no puede cumplir? Entonces usted tiene el derecho de que nada en la tierra pueda ser más importante.

Aquellos que impulsan esta doctrina, como corresponde invocan a Robin Hood. Cuando las personas lo llaman el hombre que “roba a los ricos para dar a los pobres”, se acepta con normalidad de que la necesidad de los beneficiarios de Robin Hood justifica el saqueo de sus víctimas. Robar es malo, si usted está sirviendo su propia “codicia”. ¿Pero si usted está sirviendo la necesidad de los demás? Todo vale.

Al mismo tiempo, también corresponde invocar en el debate sobre la ayuda social, la novela de Ayn Rand “La Rebelión del Atlas” (Atlas Shrugged, 1957), que desde siempre se ubica en la lista de los bestseller de Amazon. En la novela de Rand, el misterioso Ragnar Danneskjöld declara: “Yo busco un hombre al que quiero destruir. Murió hace muchos siglos, pero hasta que el último rastro de él no sea borrado de las mentes de los hombres, no vamos a tener un mundo digno para vivir… Robin Hood”.

Según Danneskjöld, Robin Hood “es considerado como el primer hombre que asumió un halo de virtud practicando la caridad con la riqueza que él no poseía… Él es el hombre que se convirtió en el símbolo de la idea de que la necesidad, no los logros, es la fuente de los derechos, que no tenemos que producir, sólo querer, que lo ganado no le pertenece a quien lo ganó, sino al que no lo ganó”.

Por esta razón, contrariamente a los comentarios, los “recortes” propuestos por los republicanos han sido mínimos o inexistentes: los republicanos comparten la moral de Robin Hood. Por mucho que critiquen los impuestos, por mucho que ellos reconozcan que la ayuda social nos está llevando a la quiebra al estilo de Grecia, los republicanos están de acuerdo en que es necesaria la ayuda social por medio de la riqueza de otros. Y así, Paul Ryan y todos los otros republicanos se apresuran a asegurar al mundo que nunca sería tan crueles como para recortar los regímenes de redistribución por medio de la ayuda social: el único objetivo de los republicanos es salvarse. Su mensaje es: los objetivos de Obama son nobles, y sólo sus medios están abiertos a la crítica.

En vez de eludir los cargos de la “redistribución inversa de Robin Hood”, los defensores del gobierno limitado deben seguir el ejemplo de Danneskjöld, que luchó con plena confianza moral en contra de cualquier plan de tomar las ganancias de algunos para el despilfarro por parte de otros.

Robin Hood, descansa en paz.

Por Yaron Brook y Don Watkins, Traducido por Objetivismo Chile
Original: http://blogs.forbes.com/objectivist/2011/05/06/its-time-to-kill-the-robin-hood-myth/

4 comentarios:

  1. La escritora Rand en su libro 'La Rebelión de Atlas' derriba el mito Robin Hood.

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  2. ¿Cuándo haremos una convención de Randianos chilenos?

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  3. Hola! felicitaciones por el sitio. Recientemente me acordé de Robin Hood y Danneskjold discutiendo sobre el "Robin Hood tax" que se está promoviendo en UK. Mucho que ver con el tema.

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  4. @Javier Bazán: Así es, “La Rebelión del Atlas” de Ayn Rand destruye totalmente el mito de Robín Hood. Yaron Brook y Don Watkins son académicos Objetivistas y colaboradores con el Ayn Rand Insitute.

    @Anónimo del 07 de Julio de 2011: Espero que a la brevedad podamos hacer una reunión entre el puñado de objetivistas que hay en Chile. Trata de enviarme un correo a objetivismo.cl@gmail.com para estar en contacto.

    @Anonimo del 13 de Julio de 2011: Una vergüenza el “Robín Hood tax”. Lo peor es que en todo el G20 tiene defensores. Es para escribir un artículo completo porque es dañino, inmoral y estúpido, algún día espero hacerlo. Por otro lado, estas ideas están haciendo que muchos recuerden a Ayn Rand, y sus libros se están vendiendo muchísimo en UK y USA, algo positivo al fin.

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