miércoles, 30 de noviembre de 2011

Palabras sabias

"La menor minoría que existe es el individuo, aquellos que no defienden los derechos individuales no pueden declararse defensores de las minorías".
"Los derechos individuales no están sujetos al voto público; una mayoría no tiene derecho a votar la derogación de los derechos de una minoría. La función política de los derechos es precisamente la de proteger a la minoría de la opresión de la mayoría (y la menor minoría en la Tierra es el individuo)."
"No puede existir una cosa, legal o moral, que esté prohibida al individuo y permitida a la muchedumbre."
"Si los trabajadores luchan por mayores sueldos, se claman como 'beneficios sociales', si los empresarios luchan por mayores beneficios, esto es condenado como 'avaricia egoista'."

Ayn Rand


"Hay una gran diferencia entre tratar a los hombres con igualdad e intentar hacerlos iguales. Mientras lo primero es la condición de una Sociedad Libre, lo segundo implica, como lo describió Tocqueville, “una nueva forma de Servidumbre".
"Lo que nuestra generación ha olvidado es que el sistema de propiedad privada es la más importante garantía de la libertad."
"Totalitarismo es la nueva palabra que hemos adoptado para describir las inesperadas pero inseparables manifestaciones de lo que en teoría llamamos socialismo."
"...nada ha destruido más nuestras garantías constitucionales de libertad individual que el intento de alcanzar el espejismo de la justicia social."
"Quizás el que hayamos visto a millones votar por una completa dependencia de un tirano ha hecho que nuestra generación comprenda que poder seleccionar al gobierno no es necesariamente lograr ser libres."
"El poder que un multimillonario tiene sobre mí es muchísimo menor que el del más insignificante funcionario…" "…si por democracia se entiende dar vía libre a la ilimitada voluntad de la mayoría, en modo alguno estoy dispuesto a llamarme demócrata."

Friedrich A. von Hayek

jueves, 10 de noviembre de 2011

La Rebelion del Atlas, La Pelicula - Parte 1

"La película completa “Atlas Shrugged Part 1″ (La Rebelión de Atlas) está disponible en YouTube.
No tenemos información sobre quién la tradujo ni quién la subió, ni sobre los detalles relacionados con derechos de autor. El link abajo es un servicio para los muchos lectores de Objetivismo.org que han estado esperando ver la versión en castellano de esta película.
En cualquier caso, queremos recordar que la película está “basada en la novela”, y que no consigue transmitir el mensaje ni sustituye en absoluto a la obra de arte que es el libro en su versión original." 

Original: Objetivismo.org

Les recomiendo que lean "La Rebelión del Atlas" fuertemente, se que en Chile es muy difícil encontrarlo, pero no imposible. Hay versiones antiguas, de una traducción española (con censura), que con suerte se consigue cerca de Manuel Montt, donde venden libros usados. En la Biblioteca Nacional, hay una versión que se puede arrendar. Me han comentado que lo han visto en las librerías del Alto Las Condes, yo fui y no encontré nada. Por último, si en verdad quieren leerlo, existe la posibilidad de encargarlo desde Argentina, una nueva edición, con una traducción excelente, un prologo de Fredy Kofman y una introducción de Leonard Peikoff. Yo lo encargué hace más menos un año y no tuve problemas. Con gusto a la persona que quiero le explico como lo hice.

Por lo extensa de la novela, se decidió que la película tendría tres partes. Sobre la primera parte comparto la opinión con Objetivismo.org, a pesar de los grandes esfuerzos de los creadores, lamentablemente la película no alcanza el nivel del libro, el mensaje está, pero no se percibe con la elocuencia, la elegancia, la fineza y la claridad  que consigue Ayn Rand en el libro. Espero que cuando estén terminadas las otras dos partes, y al ver la película completa, el mensaje se pueda entender completamente.

Les dejo el link, espero que disfruten la película, y que los motive para leer el libro:

lunes, 31 de octubre de 2011

Y el bebe hace siete mil millones


Los seres humanos somos mentes, no bocas.
Nada saca a relucir el trasfondo de Malthus como el nacimiento de un recién nacido.

Eso es especialmente cierto cuando un bebé nace de una madre en algún lugar de África o Asia. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, en algún momento este próximo lunes (31/10/11), probablemente en la India, el mundo le dará la bienvenida a su habitante número siete mil millones. Bueno, tal vez “bienvenida” no sea exactamente la palabra adecuada.

En el Earth Institute de Columbia University, el profesor Jeffrey Sachs le dijo a CNN que “las consecuencias para la humanidad podrían ser sombrías”. A principios de este año, un columnista del New York Times declaró que “la Tierra está llena”, y sugirió que la creciente población significa que “estamos comiéndonos nuestro futuro”. Y en West Virginia, la editorial del Charleston Gazette es sobre un “enjambre humano” que se está “sobreengrandando” de una manera que las “familias prosperas y bien educadas” del mundo desarrollado no lo hacen.

Los más inteligentes reconocen que las advertencias catastróficas de Malthus acerca un crecimiento de la población que superaría la oferta de alimentos no se confirmaron en su día. El historial de estas alertas en nuestros días no es mucho mejor. Quizás la alerta más famosa es la de Paul Ehrlich en 1968, “The Population Bomb” (La bomba demográfica), que inicia con esta acalorada frase: “La batalla para alimentar a toda la humanidad está terminada. En la década de 1970 el mundo sufrirá hambrunas. Cientos de millones de personas van a morir de hambre, a pesar de cualquier programa de prevención emprendido ahora”.

El libro fue muy popular junto a sus grandes afirmaciones. India estaba tan desahuciada, que el libro planteaba una política de "prioridad" que sostenía dejarlos morir. De hecho, nunca la hambruna masiva que él predijo se materializó, y los indios que él creía que nunca podrían alimentarse a sí mismos, ahora están comiendo mejor que nunca a pesar de una población del más del doble del tamaño que tenía cuando “The Population Bomb” apareció.

Las evidencias, por desgracia, no parecen importar. Al igual que muchos otros artículos sobre población, uno en el New Yorker este mes admite que las predicciones de Malthus “estaban erróneas”, y al igual que tantos otros artículos, llegan a la conclusión de que “la premisa de trabajo - que tiene que haber algún límite de crecimiento de la población - es difícil de discutir”.

La verdad es que el principal defecto de Malthus es precisamente, su premisa. Temores malthusianos acerca de la población se derivan de la visión de Malthus de que los seres humanos son esencialmente bocas para alimentar en lugar de mentes para ser abiertas. Bajo este razonamiento, cuando un cerdo nace en China, la riqueza nacional China se cree que subirá, pero cuando un bebé chino nace, la riqueza nacional caerá.

Detrás de esta división entre los que se preocupan de los límites puestos en el intercambio humano y aquellos que se preocupan sobre los límites del crecimiento, hay dos puntos de vista muy diferentes sobre el ser humano. Los primeros creen que mientras la gente es libre para el comercio y el uso de sus talentos, cuantos más mejor. Los segundos tratan a la gente como una gran masa de piezas más o menos intercambiables, y de ahí sus preocupaciones sobre la “sustentabilidad” y la “capacidad de carga” y similares.

Esta última es una visión muy estática, que subestima el poder del individuo de mejorar la vida de millones de personas. Quizás el mejor ejemplo de este poder es Norman Borlaug, cuyo trabajo científico introdujo variedades de alto rendimiento de trigo y arroz, que ayudó a los agricultores aumentar considerablemente su producción de alimentos. De esta manera, el “padre de la Revolución Verde”, ayudó a las naciones pobres a alimentar a su población, y desmentir todos los pronósticos de desesperación y hambre del Sr. Ehrlich y compañía.

La visión estática del ser humano subestima el dinamismo de los labores de hombres y mujeres comunes en una economía libre. Los jóvenes “indignados” de Wall Street puede criticar el capitalismo, pero las sociedades abiertas al riesgo y la iniciativa y el libre intercambio siempre han hecho más por el “99%” que las sociedades que no lo hacen. Es por eso que un lugar como Hong Kong, sin recursos naturales, ha prosperado, mientras que muchos otros países ricos en recursos naturales (algunos en África) no.

Matt Ridley, autor de “The Rational Optimist” (El Optimismo  Racional), sugiere que el progreso humano es impulsado cuando las personas se conectan entre sí e intercambiar ideas, así como bienes. En nuestros días, en su opinión, esta interacción ha sido acelerada por la revolución tecnológica que ha hecho que la distancia en gran medida sea irrelevante. Esa es una de las razones para que él tenga una visión general positiva del crecimiento de la población.

En una línea que hace parecer extravagante la fatalidad y penumbra anunciada, ofrece su propia predicción: “Yo iría más lejos y diría que la mezcla de ideas posible gracias a Internet hace que el agotamiento de las innovaciones sea casi imposible de conseguir, e incluso si es que quisiéramos, el mejoramiento del nivel de vida es casi inevitable”.

En resumen, todo se reduce a tu concepción del ser humano. Otra forma de decirlo es la siguiente: En lugar de buscar maneras de reducir el número de personas en el banquete de la vida, nosotros haríamos mejor en buscar la manera de poner una mesa mejor y más abundante.

Por William Mcgurn, traducido por Objetivismo Chile

lunes, 18 de julio de 2011

La lección de las revueltas en Chile

En el último tiempo me he encontrado en una absoluta tristeza, mi estimado Chile y nuestro modelo de sociedad medianamente libre está siendo atacado por los parásitos colectivistas. Lo más triste, es que la defensa de nuestra libertad es mínima.
A continuación les dejo un excelente artículo respecto a la realidad chilena. Unas de los pocas opiniones inteligentes que he podido leer.

La lección de las revueltas en Chile
por Axel Kaiser

Axel Kaiser es investigador del Instituto Democracia y Mercado (Chile) y columnista de ElCato.org. Axel obtuvo el primer lugar en el concurso de ensayos, Voces de Libertad 2008.

Chile enfrenta uno de sus peores momentos desde el retorno de la democracia en 1990. Con un creciente malestar social, marchas masivas que desafían el orden público, colegios, universidades y empresas estatales como CODELCO anunciando paros y fuerzas policiales agredidas a diario, el país muestra claros síntomas de ingobernabilidad. A ello se suma un desplome de la popularidad del presidente Piñera a niveles cercanos a un 30%. Todo esto mientras las cifras oficiales muestran un crecimiento económico bordeando el 6%, un desempleo a la baja y una inflación relativamente controlada. ¿Cómo se explica el descontento general en Chile entonces? Una razón fundamental, que suele omitirse en los análisis de este tipo, tiene que ver con el avance de la ideología progresista en el país. La mentalidad de una “sociedad de derechos” se instaló paulatinamente en los últimos 20 años en la sociedad chilena, particularmente bajo los gobiernos de los socialistas Michelle Bachelet y Ricardo Lagos. Paralelamente, dentro de la clase política reaparecieron añejas posturas estatistas radicales, poniendo en tela de juicio consensos económicos que se daban por garantizados. La opinión pública se vio así por décadas expuesta a un penetrante discurso redistributivo que incluyó una campaña de desprestigio sistemática del modelo económico liberal de los Chicago boys. En el contexto de las protestas actuales, la exigencia del fin del lucro en educación, así como las demandas de nacionalización de recursos naturales como el cobre, refleja el triunfo ideológico de aquellos que hace décadas buscan cuestionar el sistema liberal chileno.

En lo que a la derecha respecta, su rol ha sido deficiente en contener el creciente discurso colectivista. En primer lugar, esta jamás realizó una defensa pública y organizada de las virtudes del modelo económico liberal que sacó a Chile de la miseria latinoamericana. Por el contrario, esta se sumó al discurso redistributivo de izquierda como una forma de aumentar su popularidad frente al electorado. La recepción del discurso estatista entre sus filas llegó a tal punto que el mismo Sebastián Piñera fue elegido con un programa de gobierno de centroizquierda. De este modo, en Chile no se dió la lucha por las ideas que Hayek y Mises identificaran como la clave para definir la evolución social de un país hacia mayor libertad y prosperidad. En cuanto a los grandes empresarios, muchos incrementaron su riqueza a niveles sin precedentes bajo los gobiernos de la Concertación, acercando mediante lucrativas posiciones en empresas a varios de sus líderes bajo la creencia de que esto contribuiría a asegurar la estabilidad del sistema. Hoy, con una concentración económica que ha mostrado ser socialmente intolerable y un sistema cerrado producto de la alianza entre Estado y poder económico, surgen cada vez más voces que amenazan su posición. El rol protagónico que el partido comunista chileno ha conseguido en los últimos tiempos, el que se ha convertido en el principal agitador tras las actuales movilizaciones, constituye una clara señal en ese sentido.

La lección que se debe extraer de lo que ocurre hoy en Chile, además de confirmar los corrosivos efectos del corporativismo, es que la legitimidad del sistema de libre empresa a nivel cultural es esencial para que este tenga opciones de sobrevivir. Pues como bien advirtió Douglas North, las ideologías son cuestiones de fe antes que de razón y subsisten pese a las abrumadoras pruebas en contrario. Por ello, la ideología debe ser combatida, como explicó Antonio Gramsci, en ese espacio en que las personas definen sus creencias e ideas, a saber, la cultura.

Fuente: http://www.elcato.org/la-leccion-de-las-revueltas-en-chile

PS: Disculpen por dejar abandonado el blog, pero una cadena de eventos impredecibles me ha hecho imposible tener el tiempo necesario para escribir. Si no puedo dejar mi opinión, trataré al menos de traducir contenido relacionado o copiar artículos interesantes.

lunes, 30 de mayo de 2011

Es tiempo de acabar con el mito de Robin Hood

Si se juzga por los comentarios el plan para reducir el déficit federal de USA de Paul Ryan (pre-candidato presidencial del Partido Republicano), se podría pensar que el plan es una reducción del presupuesto del gobierno en un 90%. E.J. Dionne (periodista demócrata del Washington post), por ejemplo, lo llama “radical, irresponsable y extremo”, y pregunta, “¿es esto el fin del gobierno progresista?”. La verdad es que Ryan en realidad propone aumentar el gasto público en los próximos años, sólo que a una tasa menor que las proyecciones actuales. Así que ¿por qué los críticos de Ryan levantan los brazos en señal de protesta?

Porque el plan de Ryan se atreve a tocar (si bien, casi nada) lo intocable, la situación de la ayuda social. El plan de Ryan que, entre otras cosas, pretende recortar y reorganizar el Medicar y el Medicaid (plan de salud público para jubilados y pobres, respectivamente), y también reducir la ayuda federal para la educación. Para los críticos del plan, esto equivale a “la redistribución inversa de Robin Hood”, como el ex vicepresidente de la Reserva Federal Alan Blinder lo llamó, “sobre dos tercios de los llamados valientes recortes presupuestarios, vendrían de programas que atienden a estadounidenses de bajos y medianos ingresos, mientras que los ricos se beneficiarían de las abundantes reducciones de impuestos”.

La “redistribución inversa de Robin Hood” sugiere que el plan de Ryan roba a “los pobres” y les da a “los ricos”. Pero recortar la ayuda social no es un robo, y recortar los impuestos no es un regalo.

La ayuda social es esencialmente dádivas del gobierno: el gobierno toma el dinero de algunas personas con objeto de financiar las jubilaciones, las visitas al médico, y cualquier otra cosa que el gobierno considere digna. Son beneficios no ganados. Es vergonzoso que en una sociedad civilizada tengamos que decir esto, pero conseguir que nos roben menos es mejor al actual saqueo del que somos víctimas.

Un recorte de impuestos, por el momento, no es el fin de las dádivas del gobierno, se trata solamente de una reducción de la cantidad que el gobierno le roba de sus ingresos. Si usted es un billonario, millonario, o un inversionista ambicioso, un recorte de impuestos significa que se quedará con más de lo que gana justamente.

En este contexto, considerando el reciente discurso sobre el presupuesto del presidente Obama, en el que criticó el plan de Ryan insinuando que “a pesar de que nosotros no nos podemos dar el lujo de cuidar ancianos y niños pobres, de alguna manera nosotros nos permitimos más de $1 billón en nuevos incentivos fiscales para la ricos”. Cuando Obama habla de que “nosotros” nos podemos dar el lujo, él está obviamente engañándonos con la premisa de que toda la riqueza pertenece legítimamente a la sociedad y que el gobierno, como representante de la sociedad, deberá repartir la riqueza como lo considere oportuno.

Nosotros rechazamos esa premisa. En nuestra opinión, usted ganó su riqueza y le pertenece completamente a usted, y ningún político tiene algún derecho a hablar acerca de cuánto de su dinero se le debe “permitir” mantener. Es verdad el déficit del gobierno, pero es debido al gasto considerablemente mayor a la recaudación de impuestos. Y que gran parte de ese gasto, Obama admitió, va hacia la ayuda social.

Entonces, ¿qué propuso Obama como solución a este exceso de gasto? Según el presidente, la solución no puede ser dejar de repartir cheques de ayuda social. Eso sería “abandonar el compromiso fundamental que ha mantenido a este país por generaciones”. En cambio, tenemos que aumentar los impuestos a los ciudadanos productivos de América. (¿Qué hay sobre el “compromiso fundamental” de Estados Unidos de proteger los derechos inalienables de cada individuo, incluyendo su derecho a los frutos de su propio trabajo? Obama no lo dijo).

El mensaje está claro: es necesario y tal vez noble privar a una persona de lo que ha ganado, pero sería moralmente monstruoso privar a una persona de lo que no ha ganado. ¿Ha creado riqueza? Gran cosa. ¿Usted tiene una necesidad que no puede cumplir? Entonces usted tiene el derecho de que nada en la tierra pueda ser más importante.

Aquellos que impulsan esta doctrina, como corresponde invocan a Robin Hood. Cuando las personas lo llaman el hombre que “roba a los ricos para dar a los pobres”, se acepta con normalidad de que la necesidad de los beneficiarios de Robin Hood justifica el saqueo de sus víctimas. Robar es malo, si usted está sirviendo su propia “codicia”. ¿Pero si usted está sirviendo la necesidad de los demás? Todo vale.

Al mismo tiempo, también corresponde invocar en el debate sobre la ayuda social, la novela de Ayn Rand “La Rebelión del Atlas” (Atlas Shrugged, 1957), que desde siempre se ubica en la lista de los bestseller de Amazon. En la novela de Rand, el misterioso Ragnar Danneskjöld declara: “Yo busco un hombre al que quiero destruir. Murió hace muchos siglos, pero hasta que el último rastro de él no sea borrado de las mentes de los hombres, no vamos a tener un mundo digno para vivir… Robin Hood”.

Según Danneskjöld, Robin Hood “es considerado como el primer hombre que asumió un halo de virtud practicando la caridad con la riqueza que él no poseía… Él es el hombre que se convirtió en el símbolo de la idea de que la necesidad, no los logros, es la fuente de los derechos, que no tenemos que producir, sólo querer, que lo ganado no le pertenece a quien lo ganó, sino al que no lo ganó”.

Por esta razón, contrariamente a los comentarios, los “recortes” propuestos por los republicanos han sido mínimos o inexistentes: los republicanos comparten la moral de Robin Hood. Por mucho que critiquen los impuestos, por mucho que ellos reconozcan que la ayuda social nos está llevando a la quiebra al estilo de Grecia, los republicanos están de acuerdo en que es necesaria la ayuda social por medio de la riqueza de otros. Y así, Paul Ryan y todos los otros republicanos se apresuran a asegurar al mundo que nunca sería tan crueles como para recortar los regímenes de redistribución por medio de la ayuda social: el único objetivo de los republicanos es salvarse. Su mensaje es: los objetivos de Obama son nobles, y sólo sus medios están abiertos a la crítica.

En vez de eludir los cargos de la “redistribución inversa de Robin Hood”, los defensores del gobierno limitado deben seguir el ejemplo de Danneskjöld, que luchó con plena confianza moral en contra de cualquier plan de tomar las ganancias de algunos para el despilfarro por parte de otros.

Robin Hood, descansa en paz.

Por Yaron Brook y Don Watkins, Traducido por Objetivismo Chile
Original: http://blogs.forbes.com/objectivist/2011/05/06/its-time-to-kill-the-robin-hood-myth/

domingo, 29 de mayo de 2011

No al matrimonio homosexual… ni heterosexual!

Toda esta polémica respecto a la “regularización” de las uniones homosexuales, de la intromisión del estado en las uniones civiles, es francamente patética. La obsesión de nuestros políticos de “regularizar” hasta los aspectos más privados de nuestras vidas es indignante. La izquierda está feliz, tienen tema para crear leyes y subvenciones. Seguro ya están imaginando una subsecretaría de asuntos homosexuales o mejor aún, un ministerio! En el otro lado, tenemos a la derecha confundida y dividida. El sector más tradicional sin argumentos convincentes para señalar el legítimo rechazo que les provocan estas medidas. La derecha más liberal, consecuente con sus principios, está a favor, pero con una sensación de incomodidad y recelo frente a estos nuevos proyectos de ley.

Los puntos de vista de la Concertación y la Alianza están errados. Si alguien desea contraer derechos y obligaciones con otra persona, sólo es necesario firmar un contrato. No debe existir una ley de matrimonio civil, no son necesarias leyes sobre matrimonio homosexual ni heterosexual. El estado sólo está para solucionar discrepancias entre los sujetos, en base a los contratos firmados libremente.

Si usted desea realizar una ceremonia con un significado especial, por ejemplo un matrimonio católico donde un hombre y una mujer se unen para toda la vida en nombre de Dios, con el fin de procrear y formar una familia, muy bien! hágalo!, pero la función del estado será solamente mediar problemas en función del contrato de derechos y obligaciones pactado libremente entre ambas partes.

Si usted desea celebrar un matrimonio católico con su pareja del mismo sexo, no puede. Los católicos libremente decidieron sus reglas. Si usted desea pactar un contrato de derechos y obligaciones similar al de los católicos, posee toda la libertad del mundo para realizarlo. Para el estado sólo será un contrato, sin importar los significados personales que tengan para los firmantes.

El sector de la derecha tradicional que se opone a los proyectos de matrimonio homosexual, está en todo su derecho, bajo su perspectiva de valores cristianos el matrimonio sólo existe entre un hombre y una mujer. Lo que no es legítimo e incluso inconsecuente con una mirada capitalista, sería su rechazo al derecho de parejas del mismo sexo a firmar contratos de derechos y obligaciones. Es más, en consecuencia con el  capitalismo y el sistema de valores que lo respalda, debieran luchar por eliminar la ley de matrimonio civil.

La derecha más liberal, que en general está de acuerdo con los proyectos de unión civil, debe entender que esto es inconsecuente con un sistema político-económico capitalista. El papel del estado es sólo mediar en los conflictos que se pueden generar en el cumplimiento del contrato. Hoy día son parejas homosexuales, mañana será la poligamia y pasado mañana los tríos. No es racional crear leyes de unión para cada caso, lo lógico y consecuente con el capitalismo es eliminarlas todas y tener solo contratos de derechos y obligaciones.

lunes, 23 de mayo de 2011

Chile y los "indignados" españoles

En Chile vamos siguiendo uno a uno los pasos de los cerdos europeos (PIGS: Portugal, Irlanda, Grecia y Spain). En vez de tomar nota y aprender de sus errores, da la impresión que nos estamos esforzando en cometer los mismos errores.  

Crece y crece el gasto fiscal todos los años, los políticos se empeñan en crear nuevos derechos, subsidios y ayudas estatales. Se aprueban más y más regulaciones para los empresarios, dificultando la creación de riqueza y nuevos trabajos. El estado continúa alterando la economía, limitando el libre mercado. Gobierno y oposición, decididos en controlar la vida de los individuos, aprueban nueves leyes restringiendo nuestras libertades. A esto hay que sumarle que todo el abanico político está de acuerdo. No se oyen voces en defensa del libre mercado y menos en defensa de la libertad individual. Una izquierda feliz apoyando proyectos y exigiendo más cobertura sobre lo que sea y a quien sea, y una derecha en silencio cediendo ante todos sus principios por un par de votos.

Lo más preocupante, en mi opinión, es la actitud del ciudadano promedio. Sin un pensamiento crítico, sin entender las consecuencias, y sin líderes de opinión adecuados, creen firmemente en un estado del bien estar y las ideas que llevaron a la crisis a los cerdos europeos. Mi preocupación no es el izquierdista clásico, ese 20 - 30% que se identifica sin dudarlo con la Concertación, ellos son irracionales por convicción, y no se merecen un solo minuto de mi tiempo. Me importa el resto, ese 70% que incluye a los que no se identifican con nadie y la derecha. Sin los valores adecuados y sin entender las consecuencias del colectivismo, no dudan en apelar al estado para la solución de sus problemas. No se avergüenzan en lo más mínimo de vivir del estado y los contribuyentes. Exigir ayuda estatal lo ven como un derecho, apelan al bien común sin entender la irracional de la idea, y repiten sin reflexionar las tonterías colectivistas. En este escenario vamos directamente al fracaso, a una crisis como la que están viviendo Portugal, Irlanda, Grecia y España.

Me voy a explayar en la realidad española, y su semejanza con Chile. Con la ayuda de la comunidad europea y una clase empresarial esforzada y pujante, España logró alcanzar el desarrollo. Los socialistas exigieron intervención estatal en todos los aspectos del país, y la derecha cedió. Se implementó un Estado del Bienestar, y la ciudadanía sin opositores a quien escuchar creyó absolutamente en toda la propaganda izquierdista. Como resultado tenemos ahora un país sumergido en una crisis económica y la gente, engañada por los supuestos beneficios de un Estado del Bienestar, exige más y más medidas izquierdistas. No se liberaliza la economía, se suben los impuestos y se cede a la presión de sindicatos. El riesgo país está por las nubes y la inversión llegó a mínimos históricos. En este contexto, aparecieron los autodenominados “Indignados”. Llámelos como usted desee, nueva izquierda, nuevo social comunismo, anticapitalistas, y un largo etcétera. Estos tipos alojando en diferentes plazas de España, están solicitando una seria de ridículas medias colectivistas para acabar con la crisis. La opinión pública sin salir del engaño los apoya y admira. Los socialistas sorprendidos por estos, empiezan a apoyar sus ideas, y la derecha sin saber qué hacer, sigue cediendo ante sus puntos de vista.

¿Qué tiene que ver esto con Chile? Vamos en la mismísima dirección. Bachelet partió con su lema “Desde la cuna hasta la vejez”. La derecha, por unos votos aprobó todo. Piñera ha seguido en la misma línea, la creación de nuevas leyes sociales y aumento en los impuestos. La izquierda feliz exigiendo más, y la derecha nuevamente en silencio cediendo.  La opinión pública engañada, celebra las medidas y pide más. Lo preocupante es que por lo menos España alcanzó un nivel de vida más que decente antes de su debacle. En Chile, estamos partiendo nuestro debacle aún siendo un país subdesarrollado. No existen voces en contra y la ciudadanía perdida apoya en su mayoría el post natal de seis meses, las subidas de impuesto y los bonos de esto y lo otro. Es solo tiempo, permítanme imaginar. Una pequeña recesión en China, y el precio del cobre bajará a la mitad, los alimentos seguirán el mismo camino, y ahí partiremos endeudándonos para poder sostener el gasto fiscal. Ningún político querrá disminuir los programas sociales y Chile emitirá y emitirá deuda, llegando a lo irremediable, una crisis económica y social. Ya veo a ecologistas, anarquistas, comunistas, amigos de Chávez, Evo y Navarro, alojando en la Plaza de la Constitución y en diferentes Plazas de Armas a lo largo de todo Chile. Seguramente no va ser necesario que pase algo parecido de mi ejercicio creativo, sino solamente la exigencia de medidas populistas antes de las elección del 2014, y tendremos nuestras hermosas plazas invadidas por descerebrados.

Afortunadamente, siempre hay optimismo. El pueblo español me acaba de sorprender gratamente al entregarle una amplia victoria al Partido Popular. Espero ahora que Rajoy y compañía estén a la altura del desafío que tienen por delante. Por otro lado, se ve como tímidamente un sector de la derecha chilena empieza a reaccionar.

domingo, 15 de mayo de 2011

La educación NO es un derecho

Así de simple. En la filosofía objetivista existe un solo derecho: “El derecho del hombre a su propia vida”. De este de desprenden los derechos fundamentales (derechos negativos comúnmente llamados), el derecho a la vida, la libertad, la propiedad y la búsqueda de la felicidad. Estos derechos son los únicos existentes ya que maximizan la libertad individual y garantizan la ausencia de coacción. En palabras más simples, hago lo que quiero mientras no afecte a otro.

La existencia de un tal derecho a la educación, al trabajo, la salud, etc., son inventos colectivistas que ponen en riesgo nuestros derechos fundamentales. Estas creaciones colectivistas atentan la base del individualismo, ya que afectan directamente la propiedad y libertad de otros individuos.

La existencia de un derecho a la educación implica que por la búsqueda de un ideal colectivista, no se respetará el derecho de propiedad de los individuos. Más sencillo, el derecho a al educación significa que el estado debe garantizar un servicio de educación a los individuos si y solo si por el hecho de ser hombre. Para realizar esta acción el estado necesita recursos, ya que el profesor no trabaja gratis, hay que pagarle un sueldo. Un edificio y laboratorios no crecen del suelo, hay que construirlos y financiarlos. Lápices, cuadernos, energía, agua potable, etc. no son gratis, alguien produce estos bienes hay que pagar por ellos. Y así se puede hacer una lista interminable de lo que significa este derecho a la educación. La pregunta lógica que cualquier persona se debería hacer, ¿De dónde van a salir los recursos para financiar este derecho? La respuesta es obvia, del fruto del esfuerzo y trabajo de los hombres. Por medio de la fuerza, no respetando su derecho fundamental de la propiedad, el estado robará los recursos honradamente ganados por un individuo.

“Si algunos hombres pueden exigir por derecho los productos de la labor de otros, esto significa que esos otros están siendo privados de sus derechos y condenados a trabajos forzados.
Cualquier supuesto "derecho" de un hombre que requiera la violación de los derechos de otro, no es y no puede ser un derecho.
Ningún hombre puede tener derecho a imponer sobre otro hombre una obligación que éste no escogió, un deber no recompensado o una servidumbre involuntaria. No puede existir tal cosa como "el derecho a esclavizar." (1)
Los argumentos clásicos para respaldar el derecho a la educación son esencialmente dos: una persona sin educación no es libre y una sociedad con educación es beneficiosa para todos. El primer argumento es falso, ya que la condición de libre de un individuo está en tener garantizado el derecho a su propia vida y a la posibilidad de usar su mente sin que nadie se lo prohíba. El segundo argumento, hace referencia a un bien común, a un objetivo colectivista. Estos argumentos no son racionales, ya que están basados en un supuesto que el colectivo esta primero que el individuo, principio irracional bajo la lógica objetivista.
Plantear este punto de vista en la actualidad es políticamente incorrecto. La propaganda izquierdista, la aceptación de lo colectivo por sobre el individuo y el subjetivismo reinante, hará sumamente difícil para cualquier persona racional presentarlo y defenderlo. En esta realidad, pensar que en el corto plazo es posible hacer un cambio, es complicado, pero es totalmente factible. Las universidades privadas y la educación subvencionada, fueron los primeros pasos. Se dio la posibilidad que privados entregaran servicios educacionales.  Los créditos universitarios con aval del estado también van bien encaminados, entregando la responsabilidad a los estudiantes. A pesar de todo, los políticos están empeñados en arruinar las noticias positivas, lamentablemente el presupuesto en educación sigue creciendo año tras año, crecen las regulaciones en la educación subvencionada y no se fomenta la responsabilidad individual sobre la educación.
Finalmente, al final del túnel se ve un rayo de luz y esperanza, somos el país de la OCDE que tiene un mayor gasto familiar en educación, lo que demuestra la conciencia sobre la importancia de la educación en los chilenos y lo innecesario de la intromisión del estado. Señores políticos, bajen el gasto fiscal, eliminen y bajen impuestos, y por favor permítanos gastar nuestro dinero en lo que los chilenos queremos.

(1) http://www.objetivismo.org/lexderechos.html

miércoles, 11 de mayo de 2011

En contra del Ambientalismo

Hay un grave peligro que enfrenta la humanidad. El peligro no es la lluvia ácida, el calentamiento global, la contaminación, o la tala de bosques tropicales, como los ecologistas nos han hecho creer. El peligro para la humanidad es el ambientalismo.
El objetivo fundamental de los ecologistas no es el aire limpio y agua limpia, sino que es la demolición de la civilización tecnológica e industrial.  Su objetivo no es el avance de la salud humana, la felicidad humana, y la vida humana, sino que es un mundo infrahumano, donde la "naturaleza" es adorada como el tótem de alguna religión primitiva.
Si el objetivo de los ambientalistas fuese el bien del hombre, ellos abrasarían las industrias y la tecnología, que han erradicado las enfermedades, plagas, pestes y hambrunas que trajeron muerte y destrucción al mayor antes de la Revolución Industrial. Ellos abrasarían la libertad para empresas y tecnologías, como la única solución a los peligros relativamente menores que existen actualmente (De menor importancia en comparación con los riesgos de vivir en un mundo no tecnológico).
Pero con palabras y hechos, ellos demuestran su desprecio por la vida humana.
In a nation founded on the pioneer spirit, they have made “development” an evil word, attacking the man-made as an infringement on pristine naturEn una nación fundada bajo el espíritu de los pioneros americanos, ellos han hecho de “desarrollo” una mala palabra, atacando lo hecho por el hombre como una violación a la inmaculada naturaleza.They inhibit or prohibit the development of Alaskan oil, offshore drilling, nuclear power—and every other practical form of energy. Ellos inhiben o prohíben el desarrollo de petróleo de Alaska, la perforación mar adentro, la energía nuclear y cada otra forma de energía práctica.In the name of “preserving nature,” they undermine our quality of life and make us dependent on madmen like Saddam Hussein. En el nombre de “preservar la naturaleza”, socavan nuestra calidad de vida y nos hacen dependientes de locos como Saddam Hussein. Housing, commerce, and jobs are sacrificed to spotted owls and snail darters. Vivienda, comercio, y el empleo son sacrificados por búhos y caracoles. Medical research is sacrificed to the “rights” of mice. La investigación médica se sacrifica por los “derechos” de los ratones. Logging is sacrificed to the “rights” of trees. La carpintería es sacrificada por los “derechos” de los árboles. No hay posibilidad para el progreso que llevó al hombre fuera de la caverna, a salvo de la embestida de esa naturaleza “protegida” por los ambientalista, quienes consideran al hombre un violador y saqueador por su esencia misma.
LaNature, they insist, has “intrinsic value,” to be revered for its own sake, irrespective of any benefit to man. naturaleza, insisten ellos, que tiene un “valor intrínseco”, que debe ser respetado por su propio bien, independientemente de cualquier beneficio para el hombre. As a consequence, man is to be prohibited from using nature for his own ends. Como consecuencia, el hombre ha de ser prohibido de usar la naturaleza para sus propios fines. Since nature supposedly has value and goodness in itself, any human action which changes the environment is necessarily branded as immoral. Ya que la naturaleza supuestamente tiene un valor y bondad en sí mismo, cualquier acción humana que cambie el medio ambiente es necesariamente calificada como inmoral. Environmentalists invoke this argument from intrinsic value not against lions that eat gazelles or beavers that fell trees; they invoke it only against man, only when man wants something. Los ecologistas no invocan este argumento del valor intrínseco en contra de los leones que se comen gacelas o castores que talan árboles, sino que lo invocan sólo contra el hombre, sólo cuando el hombre quiere algo. The environmentalists' concept of intrinsic value is nothing but the desire to destroy human values. El concepto de los ambientalistas de valor intrínseco no es más que el deseo de destruir los valores humanos.
La “teoría intrínseca”, señala Ayn Rand, “divorcia el concepto de los bienes según los beneficiarios, y el concepto de valor según el de tasador y el propósito, reivindicando que un bien es bueno en sí y por sí mismo” (Capitalism: The Unkown Ideal, p. 21). But, in fact, she observes, “The concept 'value' is not a primary; it presupposes an answer to the question: of value to whom and for what ?” ( The Virtue of Selfishness , p. 16) Pero,  ella observa también que “el concepto de valor no es primario, sino que supone una respuesta a la pregunta: ¿de valor para quién y para qué?(The Virtue of Selfishness, p. 16).
Los valores existen en una jerarquía, algunos son perseguidos sólo porque son medios para otros fines más altos. Esto implica la existencia de un fin último que motiva la jerarquía. “Sin un objetivo último o final, no puede haber objetivos menores o medios. . . . Es sólo uno el objetivo final, un fin en sí mismo, que produce la existencia de posibles valores” (The Virtue of Selfishness, p. 17). Las cosas calificadas como buenas o malas, útiles o perjudiciales, son sólo en la medida en que sirven o frustran el valor máximo; y el valor máximo es la propia vida. “El hombre tiene que elegir sus acciones, valores y objetivos por el estándar de lo que es propio del hombre, con el fin de lograr, mantener, cumplir y disfrutar de ese valor final, que es un fin en sí mismo, que es su propia vida” (The Virtue of Selfishness, p. 27).
El mundo ideal de los ecologistas no es la civilización occidental del siglo 20, es el Jardín del Edén, un mundo sin la intervención humana en la naturaleza, un mundo sin innovación o cambio, un mundo sin esfuerzo, un mundo donde la supervivencia es de alguna manera garantizada, una mundo donde el hombre se ha místicamente fusionado con el medio “ambiente”. Si la mentalidad ecologista hubiese prevalecido en los siglos 18 y 19, no habría habido Revolución Industrial. Una situación alegre para los ambientalistas (al menos para los pocos que puedan lograr sobrevivir sin los beneficios de la Revolución Industrial), ya que,  estarían a salvo de los beneficios de la ciencia y la tecnología modernas.

El objetivo declarado del ambientalismo es evitar que el hombre cambie su entorno, de inmiscuirse en la naturaleza. Es por eso que el ecologismo es fundamentalmente anti-hombre. Porque, en realidad, el hombre como tal es una “intrusión” en el status quo de la naturaleza. Sólo por esa “intrusión” el hombre puede evitar la pestilencia y el hambre. Sólo por esa “intrusión” el hombre puede proyectar metas a largo plazo y controlar su vida. Es esa “intrusión” la que mejora el medio ambiente, es decir, el entorno que rodea al hombre. La vida del hombre requiere de un trabajo productivo, que, como Ayn Rand lo describió, es un proceso de “dar forma a la materia para adaptarse a la propia finalidad, de traducir una idea en forma física, de rehacer la tierra en la imagen de uno de los valores” (Atlas Shrugeed, p . 937).

La “naturaleza” es los principal para los ambientalistas, pero la naturaleza del hombre se omite. Para los ecologistas, el mundo “natural” es un mundo sin el hombre. El hombre no tiene necesidades legítimas, pero los árboles, estanques, y las bacterias tienen de alguna manera.

¿Ellos no quieren decir eso? Pues bien, preste atención a sus palabras, de los ambientalistas coherentes que anuncian abiertamente sus objetivos. Escribe el filósofo Paul Taylor:
“Habiendo dado cuenta de la desaparición total, absoluta y definitiva del Homo Sapiens, no sólo los seres vivientes seguirían en la Tierra existiendo, sino también con toda probabilidad, su bienestar se mejoraría. Nuestra presencia, en definitiva, no es necesaria. Y si fuéramos a tomar en cuenta el punto de vista de los seres vivos y sus necesidades, al final de la época humana en la Tierra lo más probable es que sea recibido con un caluroso "¡Se fueron!".(Respeto por la Naturaleza: Una teoría de Medio Ambiente Ética, p. 115)”

En un análisis brillante de Bill McKibben, “El fin de la Naturaleza”, el biólogo David Graber escribe:

“La felicidad humana, y sin duda la fecundidad humana, no son tan importantes como un planeta salvaje y saludable... [El ecosistema tiene] un valor intrínseco, más valor para mí que otro cuerpo humano o de mil millones de ellos... Hasta el momento en que el Homo Sapiens decida reincorporarse con la naturaleza, algunos de nosotros sólo podemos esperar por el virus que los elimine. (Los Angeles Times, 29 de octubre de 1989, p.9)”

Esta es la esencia desnuda del ambientalismo: que llora la muerte de una ballena o un árbol, pero celebra realmente la muerte de miles de millones de personas. Una filosofía más malévola y que odie más al hombre, es inimaginable.

El principio rector del ambientalismo es el sacrificio: sacrificar una vida más larga y saludable, una vida más próspera, una vida más placentera, es decir, el sacrificio de las vidas humanas. Pero una persona no nace como sirviente. El hombre tiene el derecho moral de vivir su propia vida por su propio bien. El hombre no tiene ningún deber de sacrificio a las necesidades de otros y ciertamente no a las “necesidades"”de los no-humanos.

Para salvar a la humanidad del ambientalismo, lo que se necesita no es el apaciguamiento, comprometiendo un enfoque ecológico, que es lo que hace los liberales de hoy, que instan a un “equilibrio” entre las necesidades del hombre y las “necesidades” del medio ambiente. Para salvar a la humanidad se requiere el rechazo total del ambientalismo como enemigo de la ciencia, la tecnología, el progreso y la vida humana. Para salvar a la humanidad se requiere una filosofía de la razón y el individualismo, una filosofía que hace la vida en la Tierra: Ayn Rand Filosofía del Objetivismo.
Por Michael S. Berliner, Ph.D., Traducido por Objetivismo Chile

martes, 10 de mayo de 2011

¿Qué es Objetivismo?

"En una conferencia de ventas en Random House, con motivo de la publicación de Atlas Shrugged, uno de los vendedores de libros me preguntó si yo podía presentar la esencia de mi filosofía mientras me apoyaba en un solo pie. Lo hice, así:
  1. Metafísica: Realidad Objetiva
  2. Epistemología: Razón
  3. Ética: Interés propio
  4. Política: Capitalismo
    "Si quieres esto traducido a un lenguaje simple, sería: 1. "La Naturaleza, para ser comandada, ha de ser obedecida", o "Desearlo no lo hará realidad". 2. "No puedes tener tu pastel y comértelo a la vez". 3. "El Hombre es un fin en sí mismo". 4. "Dadme la libertad o dadme la muerte".
     
    "Si mantuvieras estos conceptos con total consistencia como la base de tus convicciones, tendrías un sistema filosófico completo para guiar el curso de tu vida. Pero mantenerlos con total consistencia – entenderlos, definirlos, demostrarlos y aplicarlos – requiere volúmenes de pensamiento. Y es por eso por lo que filosofía no puede ser discutida mientras uno está apoyado en un solo pie – ni con los dos pies a ambos lados de cada muro. Esta última es la posición filosófica predominante hoy, sobre todo en el campo de la política.
     
    "Mi filosofía, Objetivismo, sostiene que:
     
    1. La realidad existe como algo absoluto y objetivo – los hechos son los hechos, independientemente de las emociones, los deseos, las esperanzas o los miedos de los hombres.
    2. La razón (la facultad que identifica e integra el material provisto por los sentidos del hombre) es el único medio del hombre para percibir la realidad, su única fuente de conocimiento, su única guía para la acción, y su medio básico de supervivencia.
    3. El hombre – cada hombre – es un fin en sí mismo, no un medio para los fines de otros. Debe existir por su propio provecho, ni sacrificándose para otros ni sacrificando a otros para él. Perseguir su propio interés racional y su propia felicidad es el más alto objetivo de su vida.
    4. El sistema político-económico ideal es el capitalismo laissez-faire. Es un sistema en el que los hombres tratan unos con los otros, no como víctimas y verdugos, ni como amos y esclavos, sino como comerciantes, por libre intercambio y consentimiento voluntario para beneficio mutuo. Es un sistema en el que ningún hombre puede obtener ningún valor de otros recurriendo a la fuerza física, y ningún hombre puede iniciar el uso de fuerza física contra otros. El gobierno actúa sólo como un policía que protege los derechos del hombre; usa fuerza física solamente en retaliación y solamente contra aquellos que inician su uso, como contra criminales o invasores extranjeros. En un sistema de capitalismo total, debería haber (pero, históricamente, aún no la ha habido), una separación total entre Estado y economía, de la misma forma y por la mismas razones que en la separación entre Estado y religión."