miércoles, 11 de mayo de 2011

En contra del Ambientalismo

Hay un grave peligro que enfrenta la humanidad. El peligro no es la lluvia ácida, el calentamiento global, la contaminación, o la tala de bosques tropicales, como los ecologistas nos han hecho creer. El peligro para la humanidad es el ambientalismo.
El objetivo fundamental de los ecologistas no es el aire limpio y agua limpia, sino que es la demolición de la civilización tecnológica e industrial.  Su objetivo no es el avance de la salud humana, la felicidad humana, y la vida humana, sino que es un mundo infrahumano, donde la "naturaleza" es adorada como el tótem de alguna religión primitiva.
Si el objetivo de los ambientalistas fuese el bien del hombre, ellos abrasarían las industrias y la tecnología, que han erradicado las enfermedades, plagas, pestes y hambrunas que trajeron muerte y destrucción al mayor antes de la Revolución Industrial. Ellos abrasarían la libertad para empresas y tecnologías, como la única solución a los peligros relativamente menores que existen actualmente (De menor importancia en comparación con los riesgos de vivir en un mundo no tecnológico).
Pero con palabras y hechos, ellos demuestran su desprecio por la vida humana.
In a nation founded on the pioneer spirit, they have made “development” an evil word, attacking the man-made as an infringement on pristine naturEn una nación fundada bajo el espíritu de los pioneros americanos, ellos han hecho de “desarrollo” una mala palabra, atacando lo hecho por el hombre como una violación a la inmaculada naturaleza.They inhibit or prohibit the development of Alaskan oil, offshore drilling, nuclear power—and every other practical form of energy. Ellos inhiben o prohíben el desarrollo de petróleo de Alaska, la perforación mar adentro, la energía nuclear y cada otra forma de energía práctica.In the name of “preserving nature,” they undermine our quality of life and make us dependent on madmen like Saddam Hussein. En el nombre de “preservar la naturaleza”, socavan nuestra calidad de vida y nos hacen dependientes de locos como Saddam Hussein. Housing, commerce, and jobs are sacrificed to spotted owls and snail darters. Vivienda, comercio, y el empleo son sacrificados por búhos y caracoles. Medical research is sacrificed to the “rights” of mice. La investigación médica se sacrifica por los “derechos” de los ratones. Logging is sacrificed to the “rights” of trees. La carpintería es sacrificada por los “derechos” de los árboles. No hay posibilidad para el progreso que llevó al hombre fuera de la caverna, a salvo de la embestida de esa naturaleza “protegida” por los ambientalista, quienes consideran al hombre un violador y saqueador por su esencia misma.
LaNature, they insist, has “intrinsic value,” to be revered for its own sake, irrespective of any benefit to man. naturaleza, insisten ellos, que tiene un “valor intrínseco”, que debe ser respetado por su propio bien, independientemente de cualquier beneficio para el hombre. As a consequence, man is to be prohibited from using nature for his own ends. Como consecuencia, el hombre ha de ser prohibido de usar la naturaleza para sus propios fines. Since nature supposedly has value and goodness in itself, any human action which changes the environment is necessarily branded as immoral. Ya que la naturaleza supuestamente tiene un valor y bondad en sí mismo, cualquier acción humana que cambie el medio ambiente es necesariamente calificada como inmoral. Environmentalists invoke this argument from intrinsic value not against lions that eat gazelles or beavers that fell trees; they invoke it only against man, only when man wants something. Los ecologistas no invocan este argumento del valor intrínseco en contra de los leones que se comen gacelas o castores que talan árboles, sino que lo invocan sólo contra el hombre, sólo cuando el hombre quiere algo. The environmentalists' concept of intrinsic value is nothing but the desire to destroy human values. El concepto de los ambientalistas de valor intrínseco no es más que el deseo de destruir los valores humanos.
La “teoría intrínseca”, señala Ayn Rand, “divorcia el concepto de los bienes según los beneficiarios, y el concepto de valor según el de tasador y el propósito, reivindicando que un bien es bueno en sí y por sí mismo” (Capitalism: The Unkown Ideal, p. 21). But, in fact, she observes, “The concept 'value' is not a primary; it presupposes an answer to the question: of value to whom and for what ?” ( The Virtue of Selfishness , p. 16) Pero,  ella observa también que “el concepto de valor no es primario, sino que supone una respuesta a la pregunta: ¿de valor para quién y para qué?(The Virtue of Selfishness, p. 16).
Los valores existen en una jerarquía, algunos son perseguidos sólo porque son medios para otros fines más altos. Esto implica la existencia de un fin último que motiva la jerarquía. “Sin un objetivo último o final, no puede haber objetivos menores o medios. . . . Es sólo uno el objetivo final, un fin en sí mismo, que produce la existencia de posibles valores” (The Virtue of Selfishness, p. 17). Las cosas calificadas como buenas o malas, útiles o perjudiciales, son sólo en la medida en que sirven o frustran el valor máximo; y el valor máximo es la propia vida. “El hombre tiene que elegir sus acciones, valores y objetivos por el estándar de lo que es propio del hombre, con el fin de lograr, mantener, cumplir y disfrutar de ese valor final, que es un fin en sí mismo, que es su propia vida” (The Virtue of Selfishness, p. 27).
El mundo ideal de los ecologistas no es la civilización occidental del siglo 20, es el Jardín del Edén, un mundo sin la intervención humana en la naturaleza, un mundo sin innovación o cambio, un mundo sin esfuerzo, un mundo donde la supervivencia es de alguna manera garantizada, una mundo donde el hombre se ha místicamente fusionado con el medio “ambiente”. Si la mentalidad ecologista hubiese prevalecido en los siglos 18 y 19, no habría habido Revolución Industrial. Una situación alegre para los ambientalistas (al menos para los pocos que puedan lograr sobrevivir sin los beneficios de la Revolución Industrial), ya que,  estarían a salvo de los beneficios de la ciencia y la tecnología modernas.

El objetivo declarado del ambientalismo es evitar que el hombre cambie su entorno, de inmiscuirse en la naturaleza. Es por eso que el ecologismo es fundamentalmente anti-hombre. Porque, en realidad, el hombre como tal es una “intrusión” en el status quo de la naturaleza. Sólo por esa “intrusión” el hombre puede evitar la pestilencia y el hambre. Sólo por esa “intrusión” el hombre puede proyectar metas a largo plazo y controlar su vida. Es esa “intrusión” la que mejora el medio ambiente, es decir, el entorno que rodea al hombre. La vida del hombre requiere de un trabajo productivo, que, como Ayn Rand lo describió, es un proceso de “dar forma a la materia para adaptarse a la propia finalidad, de traducir una idea en forma física, de rehacer la tierra en la imagen de uno de los valores” (Atlas Shrugeed, p . 937).

La “naturaleza” es los principal para los ambientalistas, pero la naturaleza del hombre se omite. Para los ecologistas, el mundo “natural” es un mundo sin el hombre. El hombre no tiene necesidades legítimas, pero los árboles, estanques, y las bacterias tienen de alguna manera.

¿Ellos no quieren decir eso? Pues bien, preste atención a sus palabras, de los ambientalistas coherentes que anuncian abiertamente sus objetivos. Escribe el filósofo Paul Taylor:
“Habiendo dado cuenta de la desaparición total, absoluta y definitiva del Homo Sapiens, no sólo los seres vivientes seguirían en la Tierra existiendo, sino también con toda probabilidad, su bienestar se mejoraría. Nuestra presencia, en definitiva, no es necesaria. Y si fuéramos a tomar en cuenta el punto de vista de los seres vivos y sus necesidades, al final de la época humana en la Tierra lo más probable es que sea recibido con un caluroso "¡Se fueron!".(Respeto por la Naturaleza: Una teoría de Medio Ambiente Ética, p. 115)”

En un análisis brillante de Bill McKibben, “El fin de la Naturaleza”, el biólogo David Graber escribe:

“La felicidad humana, y sin duda la fecundidad humana, no son tan importantes como un planeta salvaje y saludable... [El ecosistema tiene] un valor intrínseco, más valor para mí que otro cuerpo humano o de mil millones de ellos... Hasta el momento en que el Homo Sapiens decida reincorporarse con la naturaleza, algunos de nosotros sólo podemos esperar por el virus que los elimine. (Los Angeles Times, 29 de octubre de 1989, p.9)”

Esta es la esencia desnuda del ambientalismo: que llora la muerte de una ballena o un árbol, pero celebra realmente la muerte de miles de millones de personas. Una filosofía más malévola y que odie más al hombre, es inimaginable.

El principio rector del ambientalismo es el sacrificio: sacrificar una vida más larga y saludable, una vida más próspera, una vida más placentera, es decir, el sacrificio de las vidas humanas. Pero una persona no nace como sirviente. El hombre tiene el derecho moral de vivir su propia vida por su propio bien. El hombre no tiene ningún deber de sacrificio a las necesidades de otros y ciertamente no a las “necesidades"”de los no-humanos.

Para salvar a la humanidad del ambientalismo, lo que se necesita no es el apaciguamiento, comprometiendo un enfoque ecológico, que es lo que hace los liberales de hoy, que instan a un “equilibrio” entre las necesidades del hombre y las “necesidades” del medio ambiente. Para salvar a la humanidad se requiere el rechazo total del ambientalismo como enemigo de la ciencia, la tecnología, el progreso y la vida humana. Para salvar a la humanidad se requiere una filosofía de la razón y el individualismo, una filosofía que hace la vida en la Tierra: Ayn Rand Filosofía del Objetivismo.
Por Michael S. Berliner, Ph.D., Traducido por Objetivismo Chile

1 comentario:

  1. Recuerdo una nota de un ecologista profundo, de principios de los 90 creo. Es posible que sea el que menciona el artículo, en donde se el proponía la esterilización de la raza humana, habiendo él mismo esterilizado. Ya Toffler en los 70 alertaba del ecologismo militante, masas vociferantes, con los ojos desorbitados, marchando para imponer sus ideas, detrás de sus banderas verdes. ¿No es una imagen perfecta de los luditas de hoy?

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