lunes, 30 de mayo de 2011

Es tiempo de acabar con el mito de Robin Hood

Si se juzga por los comentarios el plan para reducir el déficit federal de USA de Paul Ryan (pre-candidato presidencial del Partido Republicano), se podría pensar que el plan es una reducción del presupuesto del gobierno en un 90%. E.J. Dionne (periodista demócrata del Washington post), por ejemplo, lo llama “radical, irresponsable y extremo”, y pregunta, “¿es esto el fin del gobierno progresista?”. La verdad es que Ryan en realidad propone aumentar el gasto público en los próximos años, sólo que a una tasa menor que las proyecciones actuales. Así que ¿por qué los críticos de Ryan levantan los brazos en señal de protesta?

Porque el plan de Ryan se atreve a tocar (si bien, casi nada) lo intocable, la situación de la ayuda social. El plan de Ryan que, entre otras cosas, pretende recortar y reorganizar el Medicar y el Medicaid (plan de salud público para jubilados y pobres, respectivamente), y también reducir la ayuda federal para la educación. Para los críticos del plan, esto equivale a “la redistribución inversa de Robin Hood”, como el ex vicepresidente de la Reserva Federal Alan Blinder lo llamó, “sobre dos tercios de los llamados valientes recortes presupuestarios, vendrían de programas que atienden a estadounidenses de bajos y medianos ingresos, mientras que los ricos se beneficiarían de las abundantes reducciones de impuestos”.

La “redistribución inversa de Robin Hood” sugiere que el plan de Ryan roba a “los pobres” y les da a “los ricos”. Pero recortar la ayuda social no es un robo, y recortar los impuestos no es un regalo.

La ayuda social es esencialmente dádivas del gobierno: el gobierno toma el dinero de algunas personas con objeto de financiar las jubilaciones, las visitas al médico, y cualquier otra cosa que el gobierno considere digna. Son beneficios no ganados. Es vergonzoso que en una sociedad civilizada tengamos que decir esto, pero conseguir que nos roben menos es mejor al actual saqueo del que somos víctimas.

Un recorte de impuestos, por el momento, no es el fin de las dádivas del gobierno, se trata solamente de una reducción de la cantidad que el gobierno le roba de sus ingresos. Si usted es un billonario, millonario, o un inversionista ambicioso, un recorte de impuestos significa que se quedará con más de lo que gana justamente.

En este contexto, considerando el reciente discurso sobre el presupuesto del presidente Obama, en el que criticó el plan de Ryan insinuando que “a pesar de que nosotros no nos podemos dar el lujo de cuidar ancianos y niños pobres, de alguna manera nosotros nos permitimos más de $1 billón en nuevos incentivos fiscales para la ricos”. Cuando Obama habla de que “nosotros” nos podemos dar el lujo, él está obviamente engañándonos con la premisa de que toda la riqueza pertenece legítimamente a la sociedad y que el gobierno, como representante de la sociedad, deberá repartir la riqueza como lo considere oportuno.

Nosotros rechazamos esa premisa. En nuestra opinión, usted ganó su riqueza y le pertenece completamente a usted, y ningún político tiene algún derecho a hablar acerca de cuánto de su dinero se le debe “permitir” mantener. Es verdad el déficit del gobierno, pero es debido al gasto considerablemente mayor a la recaudación de impuestos. Y que gran parte de ese gasto, Obama admitió, va hacia la ayuda social.

Entonces, ¿qué propuso Obama como solución a este exceso de gasto? Según el presidente, la solución no puede ser dejar de repartir cheques de ayuda social. Eso sería “abandonar el compromiso fundamental que ha mantenido a este país por generaciones”. En cambio, tenemos que aumentar los impuestos a los ciudadanos productivos de América. (¿Qué hay sobre el “compromiso fundamental” de Estados Unidos de proteger los derechos inalienables de cada individuo, incluyendo su derecho a los frutos de su propio trabajo? Obama no lo dijo).

El mensaje está claro: es necesario y tal vez noble privar a una persona de lo que ha ganado, pero sería moralmente monstruoso privar a una persona de lo que no ha ganado. ¿Ha creado riqueza? Gran cosa. ¿Usted tiene una necesidad que no puede cumplir? Entonces usted tiene el derecho de que nada en la tierra pueda ser más importante.

Aquellos que impulsan esta doctrina, como corresponde invocan a Robin Hood. Cuando las personas lo llaman el hombre que “roba a los ricos para dar a los pobres”, se acepta con normalidad de que la necesidad de los beneficiarios de Robin Hood justifica el saqueo de sus víctimas. Robar es malo, si usted está sirviendo su propia “codicia”. ¿Pero si usted está sirviendo la necesidad de los demás? Todo vale.

Al mismo tiempo, también corresponde invocar en el debate sobre la ayuda social, la novela de Ayn Rand “La Rebelión del Atlas” (Atlas Shrugged, 1957), que desde siempre se ubica en la lista de los bestseller de Amazon. En la novela de Rand, el misterioso Ragnar Danneskjöld declara: “Yo busco un hombre al que quiero destruir. Murió hace muchos siglos, pero hasta que el último rastro de él no sea borrado de las mentes de los hombres, no vamos a tener un mundo digno para vivir… Robin Hood”.

Según Danneskjöld, Robin Hood “es considerado como el primer hombre que asumió un halo de virtud practicando la caridad con la riqueza que él no poseía… Él es el hombre que se convirtió en el símbolo de la idea de que la necesidad, no los logros, es la fuente de los derechos, que no tenemos que producir, sólo querer, que lo ganado no le pertenece a quien lo ganó, sino al que no lo ganó”.

Por esta razón, contrariamente a los comentarios, los “recortes” propuestos por los republicanos han sido mínimos o inexistentes: los republicanos comparten la moral de Robin Hood. Por mucho que critiquen los impuestos, por mucho que ellos reconozcan que la ayuda social nos está llevando a la quiebra al estilo de Grecia, los republicanos están de acuerdo en que es necesaria la ayuda social por medio de la riqueza de otros. Y así, Paul Ryan y todos los otros republicanos se apresuran a asegurar al mundo que nunca sería tan crueles como para recortar los regímenes de redistribución por medio de la ayuda social: el único objetivo de los republicanos es salvarse. Su mensaje es: los objetivos de Obama son nobles, y sólo sus medios están abiertos a la crítica.

En vez de eludir los cargos de la “redistribución inversa de Robin Hood”, los defensores del gobierno limitado deben seguir el ejemplo de Danneskjöld, que luchó con plena confianza moral en contra de cualquier plan de tomar las ganancias de algunos para el despilfarro por parte de otros.

Robin Hood, descansa en paz.

Por Yaron Brook y Don Watkins, Traducido por Objetivismo Chile
Original: http://blogs.forbes.com/objectivist/2011/05/06/its-time-to-kill-the-robin-hood-myth/

domingo, 29 de mayo de 2011

No al matrimonio homosexual… ni heterosexual!

Toda esta polémica respecto a la “regularización” de las uniones homosexuales, de la intromisión del estado en las uniones civiles, es francamente patética. La obsesión de nuestros políticos de “regularizar” hasta los aspectos más privados de nuestras vidas es indignante. La izquierda está feliz, tienen tema para crear leyes y subvenciones. Seguro ya están imaginando una subsecretaría de asuntos homosexuales o mejor aún, un ministerio! En el otro lado, tenemos a la derecha confundida y dividida. El sector más tradicional sin argumentos convincentes para señalar el legítimo rechazo que les provocan estas medidas. La derecha más liberal, consecuente con sus principios, está a favor, pero con una sensación de incomodidad y recelo frente a estos nuevos proyectos de ley.

Los puntos de vista de la Concertación y la Alianza están errados. Si alguien desea contraer derechos y obligaciones con otra persona, sólo es necesario firmar un contrato. No debe existir una ley de matrimonio civil, no son necesarias leyes sobre matrimonio homosexual ni heterosexual. El estado sólo está para solucionar discrepancias entre los sujetos, en base a los contratos firmados libremente.

Si usted desea realizar una ceremonia con un significado especial, por ejemplo un matrimonio católico donde un hombre y una mujer se unen para toda la vida en nombre de Dios, con el fin de procrear y formar una familia, muy bien! hágalo!, pero la función del estado será solamente mediar problemas en función del contrato de derechos y obligaciones pactado libremente entre ambas partes.

Si usted desea celebrar un matrimonio católico con su pareja del mismo sexo, no puede. Los católicos libremente decidieron sus reglas. Si usted desea pactar un contrato de derechos y obligaciones similar al de los católicos, posee toda la libertad del mundo para realizarlo. Para el estado sólo será un contrato, sin importar los significados personales que tengan para los firmantes.

El sector de la derecha tradicional que se opone a los proyectos de matrimonio homosexual, está en todo su derecho, bajo su perspectiva de valores cristianos el matrimonio sólo existe entre un hombre y una mujer. Lo que no es legítimo e incluso inconsecuente con una mirada capitalista, sería su rechazo al derecho de parejas del mismo sexo a firmar contratos de derechos y obligaciones. Es más, en consecuencia con el  capitalismo y el sistema de valores que lo respalda, debieran luchar por eliminar la ley de matrimonio civil.

La derecha más liberal, que en general está de acuerdo con los proyectos de unión civil, debe entender que esto es inconsecuente con un sistema político-económico capitalista. El papel del estado es sólo mediar en los conflictos que se pueden generar en el cumplimiento del contrato. Hoy día son parejas homosexuales, mañana será la poligamia y pasado mañana los tríos. No es racional crear leyes de unión para cada caso, lo lógico y consecuente con el capitalismo es eliminarlas todas y tener solo contratos de derechos y obligaciones.

lunes, 23 de mayo de 2011

Chile y los "indignados" españoles

En Chile vamos siguiendo uno a uno los pasos de los cerdos europeos (PIGS: Portugal, Irlanda, Grecia y Spain). En vez de tomar nota y aprender de sus errores, da la impresión que nos estamos esforzando en cometer los mismos errores.  

Crece y crece el gasto fiscal todos los años, los políticos se empeñan en crear nuevos derechos, subsidios y ayudas estatales. Se aprueban más y más regulaciones para los empresarios, dificultando la creación de riqueza y nuevos trabajos. El estado continúa alterando la economía, limitando el libre mercado. Gobierno y oposición, decididos en controlar la vida de los individuos, aprueban nueves leyes restringiendo nuestras libertades. A esto hay que sumarle que todo el abanico político está de acuerdo. No se oyen voces en defensa del libre mercado y menos en defensa de la libertad individual. Una izquierda feliz apoyando proyectos y exigiendo más cobertura sobre lo que sea y a quien sea, y una derecha en silencio cediendo ante todos sus principios por un par de votos.

Lo más preocupante, en mi opinión, es la actitud del ciudadano promedio. Sin un pensamiento crítico, sin entender las consecuencias, y sin líderes de opinión adecuados, creen firmemente en un estado del bien estar y las ideas que llevaron a la crisis a los cerdos europeos. Mi preocupación no es el izquierdista clásico, ese 20 - 30% que se identifica sin dudarlo con la Concertación, ellos son irracionales por convicción, y no se merecen un solo minuto de mi tiempo. Me importa el resto, ese 70% que incluye a los que no se identifican con nadie y la derecha. Sin los valores adecuados y sin entender las consecuencias del colectivismo, no dudan en apelar al estado para la solución de sus problemas. No se avergüenzan en lo más mínimo de vivir del estado y los contribuyentes. Exigir ayuda estatal lo ven como un derecho, apelan al bien común sin entender la irracional de la idea, y repiten sin reflexionar las tonterías colectivistas. En este escenario vamos directamente al fracaso, a una crisis como la que están viviendo Portugal, Irlanda, Grecia y España.

Me voy a explayar en la realidad española, y su semejanza con Chile. Con la ayuda de la comunidad europea y una clase empresarial esforzada y pujante, España logró alcanzar el desarrollo. Los socialistas exigieron intervención estatal en todos los aspectos del país, y la derecha cedió. Se implementó un Estado del Bienestar, y la ciudadanía sin opositores a quien escuchar creyó absolutamente en toda la propaganda izquierdista. Como resultado tenemos ahora un país sumergido en una crisis económica y la gente, engañada por los supuestos beneficios de un Estado del Bienestar, exige más y más medidas izquierdistas. No se liberaliza la economía, se suben los impuestos y se cede a la presión de sindicatos. El riesgo país está por las nubes y la inversión llegó a mínimos históricos. En este contexto, aparecieron los autodenominados “Indignados”. Llámelos como usted desee, nueva izquierda, nuevo social comunismo, anticapitalistas, y un largo etcétera. Estos tipos alojando en diferentes plazas de España, están solicitando una seria de ridículas medias colectivistas para acabar con la crisis. La opinión pública sin salir del engaño los apoya y admira. Los socialistas sorprendidos por estos, empiezan a apoyar sus ideas, y la derecha sin saber qué hacer, sigue cediendo ante sus puntos de vista.

¿Qué tiene que ver esto con Chile? Vamos en la mismísima dirección. Bachelet partió con su lema “Desde la cuna hasta la vejez”. La derecha, por unos votos aprobó todo. Piñera ha seguido en la misma línea, la creación de nuevas leyes sociales y aumento en los impuestos. La izquierda feliz exigiendo más, y la derecha nuevamente en silencio cediendo.  La opinión pública engañada, celebra las medidas y pide más. Lo preocupante es que por lo menos España alcanzó un nivel de vida más que decente antes de su debacle. En Chile, estamos partiendo nuestro debacle aún siendo un país subdesarrollado. No existen voces en contra y la ciudadanía perdida apoya en su mayoría el post natal de seis meses, las subidas de impuesto y los bonos de esto y lo otro. Es solo tiempo, permítanme imaginar. Una pequeña recesión en China, y el precio del cobre bajará a la mitad, los alimentos seguirán el mismo camino, y ahí partiremos endeudándonos para poder sostener el gasto fiscal. Ningún político querrá disminuir los programas sociales y Chile emitirá y emitirá deuda, llegando a lo irremediable, una crisis económica y social. Ya veo a ecologistas, anarquistas, comunistas, amigos de Chávez, Evo y Navarro, alojando en la Plaza de la Constitución y en diferentes Plazas de Armas a lo largo de todo Chile. Seguramente no va ser necesario que pase algo parecido de mi ejercicio creativo, sino solamente la exigencia de medidas populistas antes de las elección del 2014, y tendremos nuestras hermosas plazas invadidas por descerebrados.

Afortunadamente, siempre hay optimismo. El pueblo español me acaba de sorprender gratamente al entregarle una amplia victoria al Partido Popular. Espero ahora que Rajoy y compañía estén a la altura del desafío que tienen por delante. Por otro lado, se ve como tímidamente un sector de la derecha chilena empieza a reaccionar.

domingo, 15 de mayo de 2011

La educación NO es un derecho

Así de simple. En la filosofía objetivista existe un solo derecho: “El derecho del hombre a su propia vida”. De este de desprenden los derechos fundamentales (derechos negativos comúnmente llamados), el derecho a la vida, la libertad, la propiedad y la búsqueda de la felicidad. Estos derechos son los únicos existentes ya que maximizan la libertad individual y garantizan la ausencia de coacción. En palabras más simples, hago lo que quiero mientras no afecte a otro.

La existencia de un tal derecho a la educación, al trabajo, la salud, etc., son inventos colectivistas que ponen en riesgo nuestros derechos fundamentales. Estas creaciones colectivistas atentan la base del individualismo, ya que afectan directamente la propiedad y libertad de otros individuos.

La existencia de un derecho a la educación implica que por la búsqueda de un ideal colectivista, no se respetará el derecho de propiedad de los individuos. Más sencillo, el derecho a al educación significa que el estado debe garantizar un servicio de educación a los individuos si y solo si por el hecho de ser hombre. Para realizar esta acción el estado necesita recursos, ya que el profesor no trabaja gratis, hay que pagarle un sueldo. Un edificio y laboratorios no crecen del suelo, hay que construirlos y financiarlos. Lápices, cuadernos, energía, agua potable, etc. no son gratis, alguien produce estos bienes hay que pagar por ellos. Y así se puede hacer una lista interminable de lo que significa este derecho a la educación. La pregunta lógica que cualquier persona se debería hacer, ¿De dónde van a salir los recursos para financiar este derecho? La respuesta es obvia, del fruto del esfuerzo y trabajo de los hombres. Por medio de la fuerza, no respetando su derecho fundamental de la propiedad, el estado robará los recursos honradamente ganados por un individuo.

“Si algunos hombres pueden exigir por derecho los productos de la labor de otros, esto significa que esos otros están siendo privados de sus derechos y condenados a trabajos forzados.
Cualquier supuesto "derecho" de un hombre que requiera la violación de los derechos de otro, no es y no puede ser un derecho.
Ningún hombre puede tener derecho a imponer sobre otro hombre una obligación que éste no escogió, un deber no recompensado o una servidumbre involuntaria. No puede existir tal cosa como "el derecho a esclavizar." (1)
Los argumentos clásicos para respaldar el derecho a la educación son esencialmente dos: una persona sin educación no es libre y una sociedad con educación es beneficiosa para todos. El primer argumento es falso, ya que la condición de libre de un individuo está en tener garantizado el derecho a su propia vida y a la posibilidad de usar su mente sin que nadie se lo prohíba. El segundo argumento, hace referencia a un bien común, a un objetivo colectivista. Estos argumentos no son racionales, ya que están basados en un supuesto que el colectivo esta primero que el individuo, principio irracional bajo la lógica objetivista.
Plantear este punto de vista en la actualidad es políticamente incorrecto. La propaganda izquierdista, la aceptación de lo colectivo por sobre el individuo y el subjetivismo reinante, hará sumamente difícil para cualquier persona racional presentarlo y defenderlo. En esta realidad, pensar que en el corto plazo es posible hacer un cambio, es complicado, pero es totalmente factible. Las universidades privadas y la educación subvencionada, fueron los primeros pasos. Se dio la posibilidad que privados entregaran servicios educacionales.  Los créditos universitarios con aval del estado también van bien encaminados, entregando la responsabilidad a los estudiantes. A pesar de todo, los políticos están empeñados en arruinar las noticias positivas, lamentablemente el presupuesto en educación sigue creciendo año tras año, crecen las regulaciones en la educación subvencionada y no se fomenta la responsabilidad individual sobre la educación.
Finalmente, al final del túnel se ve un rayo de luz y esperanza, somos el país de la OCDE que tiene un mayor gasto familiar en educación, lo que demuestra la conciencia sobre la importancia de la educación en los chilenos y lo innecesario de la intromisión del estado. Señores políticos, bajen el gasto fiscal, eliminen y bajen impuestos, y por favor permítanos gastar nuestro dinero en lo que los chilenos queremos.

(1) http://www.objetivismo.org/lexderechos.html

miércoles, 11 de mayo de 2011

En contra del Ambientalismo

Hay un grave peligro que enfrenta la humanidad. El peligro no es la lluvia ácida, el calentamiento global, la contaminación, o la tala de bosques tropicales, como los ecologistas nos han hecho creer. El peligro para la humanidad es el ambientalismo.
El objetivo fundamental de los ecologistas no es el aire limpio y agua limpia, sino que es la demolición de la civilización tecnológica e industrial.  Su objetivo no es el avance de la salud humana, la felicidad humana, y la vida humana, sino que es un mundo infrahumano, donde la "naturaleza" es adorada como el tótem de alguna religión primitiva.
Si el objetivo de los ambientalistas fuese el bien del hombre, ellos abrasarían las industrias y la tecnología, que han erradicado las enfermedades, plagas, pestes y hambrunas que trajeron muerte y destrucción al mayor antes de la Revolución Industrial. Ellos abrasarían la libertad para empresas y tecnologías, como la única solución a los peligros relativamente menores que existen actualmente (De menor importancia en comparación con los riesgos de vivir en un mundo no tecnológico).
Pero con palabras y hechos, ellos demuestran su desprecio por la vida humana.
In a nation founded on the pioneer spirit, they have made “development” an evil word, attacking the man-made as an infringement on pristine naturEn una nación fundada bajo el espíritu de los pioneros americanos, ellos han hecho de “desarrollo” una mala palabra, atacando lo hecho por el hombre como una violación a la inmaculada naturaleza.They inhibit or prohibit the development of Alaskan oil, offshore drilling, nuclear power—and every other practical form of energy. Ellos inhiben o prohíben el desarrollo de petróleo de Alaska, la perforación mar adentro, la energía nuclear y cada otra forma de energía práctica.In the name of “preserving nature,” they undermine our quality of life and make us dependent on madmen like Saddam Hussein. En el nombre de “preservar la naturaleza”, socavan nuestra calidad de vida y nos hacen dependientes de locos como Saddam Hussein. Housing, commerce, and jobs are sacrificed to spotted owls and snail darters. Vivienda, comercio, y el empleo son sacrificados por búhos y caracoles. Medical research is sacrificed to the “rights” of mice. La investigación médica se sacrifica por los “derechos” de los ratones. Logging is sacrificed to the “rights” of trees. La carpintería es sacrificada por los “derechos” de los árboles. No hay posibilidad para el progreso que llevó al hombre fuera de la caverna, a salvo de la embestida de esa naturaleza “protegida” por los ambientalista, quienes consideran al hombre un violador y saqueador por su esencia misma.
LaNature, they insist, has “intrinsic value,” to be revered for its own sake, irrespective of any benefit to man. naturaleza, insisten ellos, que tiene un “valor intrínseco”, que debe ser respetado por su propio bien, independientemente de cualquier beneficio para el hombre. As a consequence, man is to be prohibited from using nature for his own ends. Como consecuencia, el hombre ha de ser prohibido de usar la naturaleza para sus propios fines. Since nature supposedly has value and goodness in itself, any human action which changes the environment is necessarily branded as immoral. Ya que la naturaleza supuestamente tiene un valor y bondad en sí mismo, cualquier acción humana que cambie el medio ambiente es necesariamente calificada como inmoral. Environmentalists invoke this argument from intrinsic value not against lions that eat gazelles or beavers that fell trees; they invoke it only against man, only when man wants something. Los ecologistas no invocan este argumento del valor intrínseco en contra de los leones que se comen gacelas o castores que talan árboles, sino que lo invocan sólo contra el hombre, sólo cuando el hombre quiere algo. The environmentalists' concept of intrinsic value is nothing but the desire to destroy human values. El concepto de los ambientalistas de valor intrínseco no es más que el deseo de destruir los valores humanos.
La “teoría intrínseca”, señala Ayn Rand, “divorcia el concepto de los bienes según los beneficiarios, y el concepto de valor según el de tasador y el propósito, reivindicando que un bien es bueno en sí y por sí mismo” (Capitalism: The Unkown Ideal, p. 21). But, in fact, she observes, “The concept 'value' is not a primary; it presupposes an answer to the question: of value to whom and for what ?” ( The Virtue of Selfishness , p. 16) Pero,  ella observa también que “el concepto de valor no es primario, sino que supone una respuesta a la pregunta: ¿de valor para quién y para qué?(The Virtue of Selfishness, p. 16).
Los valores existen en una jerarquía, algunos son perseguidos sólo porque son medios para otros fines más altos. Esto implica la existencia de un fin último que motiva la jerarquía. “Sin un objetivo último o final, no puede haber objetivos menores o medios. . . . Es sólo uno el objetivo final, un fin en sí mismo, que produce la existencia de posibles valores” (The Virtue of Selfishness, p. 17). Las cosas calificadas como buenas o malas, útiles o perjudiciales, son sólo en la medida en que sirven o frustran el valor máximo; y el valor máximo es la propia vida. “El hombre tiene que elegir sus acciones, valores y objetivos por el estándar de lo que es propio del hombre, con el fin de lograr, mantener, cumplir y disfrutar de ese valor final, que es un fin en sí mismo, que es su propia vida” (The Virtue of Selfishness, p. 27).
El mundo ideal de los ecologistas no es la civilización occidental del siglo 20, es el Jardín del Edén, un mundo sin la intervención humana en la naturaleza, un mundo sin innovación o cambio, un mundo sin esfuerzo, un mundo donde la supervivencia es de alguna manera garantizada, una mundo donde el hombre se ha místicamente fusionado con el medio “ambiente”. Si la mentalidad ecologista hubiese prevalecido en los siglos 18 y 19, no habría habido Revolución Industrial. Una situación alegre para los ambientalistas (al menos para los pocos que puedan lograr sobrevivir sin los beneficios de la Revolución Industrial), ya que,  estarían a salvo de los beneficios de la ciencia y la tecnología modernas.

El objetivo declarado del ambientalismo es evitar que el hombre cambie su entorno, de inmiscuirse en la naturaleza. Es por eso que el ecologismo es fundamentalmente anti-hombre. Porque, en realidad, el hombre como tal es una “intrusión” en el status quo de la naturaleza. Sólo por esa “intrusión” el hombre puede evitar la pestilencia y el hambre. Sólo por esa “intrusión” el hombre puede proyectar metas a largo plazo y controlar su vida. Es esa “intrusión” la que mejora el medio ambiente, es decir, el entorno que rodea al hombre. La vida del hombre requiere de un trabajo productivo, que, como Ayn Rand lo describió, es un proceso de “dar forma a la materia para adaptarse a la propia finalidad, de traducir una idea en forma física, de rehacer la tierra en la imagen de uno de los valores” (Atlas Shrugeed, p . 937).

La “naturaleza” es los principal para los ambientalistas, pero la naturaleza del hombre se omite. Para los ecologistas, el mundo “natural” es un mundo sin el hombre. El hombre no tiene necesidades legítimas, pero los árboles, estanques, y las bacterias tienen de alguna manera.

¿Ellos no quieren decir eso? Pues bien, preste atención a sus palabras, de los ambientalistas coherentes que anuncian abiertamente sus objetivos. Escribe el filósofo Paul Taylor:
“Habiendo dado cuenta de la desaparición total, absoluta y definitiva del Homo Sapiens, no sólo los seres vivientes seguirían en la Tierra existiendo, sino también con toda probabilidad, su bienestar se mejoraría. Nuestra presencia, en definitiva, no es necesaria. Y si fuéramos a tomar en cuenta el punto de vista de los seres vivos y sus necesidades, al final de la época humana en la Tierra lo más probable es que sea recibido con un caluroso "¡Se fueron!".(Respeto por la Naturaleza: Una teoría de Medio Ambiente Ética, p. 115)”

En un análisis brillante de Bill McKibben, “El fin de la Naturaleza”, el biólogo David Graber escribe:

“La felicidad humana, y sin duda la fecundidad humana, no son tan importantes como un planeta salvaje y saludable... [El ecosistema tiene] un valor intrínseco, más valor para mí que otro cuerpo humano o de mil millones de ellos... Hasta el momento en que el Homo Sapiens decida reincorporarse con la naturaleza, algunos de nosotros sólo podemos esperar por el virus que los elimine. (Los Angeles Times, 29 de octubre de 1989, p.9)”

Esta es la esencia desnuda del ambientalismo: que llora la muerte de una ballena o un árbol, pero celebra realmente la muerte de miles de millones de personas. Una filosofía más malévola y que odie más al hombre, es inimaginable.

El principio rector del ambientalismo es el sacrificio: sacrificar una vida más larga y saludable, una vida más próspera, una vida más placentera, es decir, el sacrificio de las vidas humanas. Pero una persona no nace como sirviente. El hombre tiene el derecho moral de vivir su propia vida por su propio bien. El hombre no tiene ningún deber de sacrificio a las necesidades de otros y ciertamente no a las “necesidades"”de los no-humanos.

Para salvar a la humanidad del ambientalismo, lo que se necesita no es el apaciguamiento, comprometiendo un enfoque ecológico, que es lo que hace los liberales de hoy, que instan a un “equilibrio” entre las necesidades del hombre y las “necesidades” del medio ambiente. Para salvar a la humanidad se requiere el rechazo total del ambientalismo como enemigo de la ciencia, la tecnología, el progreso y la vida humana. Para salvar a la humanidad se requiere una filosofía de la razón y el individualismo, una filosofía que hace la vida en la Tierra: Ayn Rand Filosofía del Objetivismo.
Por Michael S. Berliner, Ph.D., Traducido por Objetivismo Chile

martes, 10 de mayo de 2011

¿Qué es Objetivismo?

"En una conferencia de ventas en Random House, con motivo de la publicación de Atlas Shrugged, uno de los vendedores de libros me preguntó si yo podía presentar la esencia de mi filosofía mientras me apoyaba en un solo pie. Lo hice, así:
  1. Metafísica: Realidad Objetiva
  2. Epistemología: Razón
  3. Ética: Interés propio
  4. Política: Capitalismo
    "Si quieres esto traducido a un lenguaje simple, sería: 1. "La Naturaleza, para ser comandada, ha de ser obedecida", o "Desearlo no lo hará realidad". 2. "No puedes tener tu pastel y comértelo a la vez". 3. "El Hombre es un fin en sí mismo". 4. "Dadme la libertad o dadme la muerte".
     
    "Si mantuvieras estos conceptos con total consistencia como la base de tus convicciones, tendrías un sistema filosófico completo para guiar el curso de tu vida. Pero mantenerlos con total consistencia – entenderlos, definirlos, demostrarlos y aplicarlos – requiere volúmenes de pensamiento. Y es por eso por lo que filosofía no puede ser discutida mientras uno está apoyado en un solo pie – ni con los dos pies a ambos lados de cada muro. Esta última es la posición filosófica predominante hoy, sobre todo en el campo de la política.
     
    "Mi filosofía, Objetivismo, sostiene que:
     
    1. La realidad existe como algo absoluto y objetivo – los hechos son los hechos, independientemente de las emociones, los deseos, las esperanzas o los miedos de los hombres.
    2. La razón (la facultad que identifica e integra el material provisto por los sentidos del hombre) es el único medio del hombre para percibir la realidad, su única fuente de conocimiento, su única guía para la acción, y su medio básico de supervivencia.
    3. El hombre – cada hombre – es un fin en sí mismo, no un medio para los fines de otros. Debe existir por su propio provecho, ni sacrificándose para otros ni sacrificando a otros para él. Perseguir su propio interés racional y su propia felicidad es el más alto objetivo de su vida.
    4. El sistema político-económico ideal es el capitalismo laissez-faire. Es un sistema en el que los hombres tratan unos con los otros, no como víctimas y verdugos, ni como amos y esclavos, sino como comerciantes, por libre intercambio y consentimiento voluntario para beneficio mutuo. Es un sistema en el que ningún hombre puede obtener ningún valor de otros recurriendo a la fuerza física, y ningún hombre puede iniciar el uso de fuerza física contra otros. El gobierno actúa sólo como un policía que protege los derechos del hombre; usa fuerza física solamente en retaliación y solamente contra aquellos que inician su uso, como contra criminales o invasores extranjeros. En un sistema de capitalismo total, debería haber (pero, históricamente, aún no la ha habido), una separación total entre Estado y economía, de la misma forma y por la mismas razones que en la separación entre Estado y religión."

    lunes, 9 de mayo de 2011

    Feliz por HidroAysén!!

    Artistas reclamando en YouTube, activistas protestando en las calles, bloggers escribiendo en contra y miles de usuarios en Facebook y Twitter repitiendo lo mismo…

    A pesar de todo, se aprobó :).


    Resulta inquietante ver la casi inexistencia de comentarios a favor de HydroAysén. El website de la empresa, un par de blogs que dejan la pregunta abierta, y las declaraciones del Diputado Alinco, eso es todo lo que pude encontrar a favor del proyecto hidroeléctrico.
    El punto de vista ecológico es absurdo. En la actualidad existen cinco fuentes de energías rentables y realistas.  Carbón, gas, petróleo, hidroeléctricas y nucleares. Los ambientalistas rechazan las tres primeras por el CO2 que  emiten. Las hidroeléctricas por el daño ambiental que producen a su alrededor, y por último, a las nucleares por el desecho radioactivo que genera. Con una postura así, es imposible debatir y razonar. No existen evidencias comprobables sobre el daño causado por el CO2, es necesaria la modificación del medio ambiente para la supervivencia del hombre, y los desechos radioactivos pueden ser tratados y guardados sin problemas. Del mismo modo, las energías renovables, el mercado se encargará de introducirlas cuando sean competitivas. La idea de crear subsidios o estrategias energéticas es solo intromisión del estado en la economía. El mejor plan energético que puede tener un Gobierno es el “no tenerlo”. Las fuerzas del libre mercado se encargaran de producir las energías más eficientes para la sociedad.

    Es necesario entender la ideología del ecologismo. Un ecologista aboga por el retorno del hombre a la naturaleza, al estado animal, viviendo en cavernas y cavando en el suelo con sus propias manos. Un ecologista condena  la razón, propone el fin de uso de la razón para vivir como animales, sin permitir el desarrollo del conocimiento y las artes. Un ecologista niega la libertad, desea obligar a los demás a seguir sus creencias y condena a quienes las rechazan.

    domingo, 8 de mayo de 2011

    ¿Piensa Ud. que el dinero es la causa de todos los males?

     
    ¿Se ha preguntado cuál es el origen del dinero?
    El dinero es solo un instrumento de intercambio que no puede existir a menos que existan bienes y personas capaces de producirlos. Es la forma material del principio según el cual quienes deseen tratar con otros deben hacerlo mediante transacciones, entregando valor por valor. No es un instrumento de los pordioseros, que exigen llorando el producto del trabajo ajeno, ni de los saqueadores que lo arrebatan por la fuerza; el dinero se hace sólo posible gracias a quienes producen.

    ¿Es eso lo que considera malvado?

    Cuando se acepta dinero en pago del esfuerzo propio, se hace con la condición de que luego uno lo podrá cambiar por el producto del esfuerzo ajeno. No son los pordioseros ni los saqueadores los que dan valor al dinero. Y un océano de lágrimas, ni todos los cañones de la Tierra, podrán transformar los pedazos de papel que lleva en su billetera, en el pan que necesitará mañana para sobrevivir. Esos papeles, que en realidad deberían ser oro, son un pacto de honor; su tenencia da derecho a la energía de la gente que produce. Su billetera es la declaración de su convicción de que, en algún lugar del mundo, hay personas que no quebrantarán ese principio moral que es la raíz del dinero.

    ¿Eso es lo que considera malvado?
    ¿Alguna vez se ha preocupado por investigar las raíces de la producción?

    Observe un generador eléctrico y atrévase a pensar que ha sido creado por la fuerza bruta de seres carentes de inteligencia; intente cultivar una semilla de trigo sin los conocimientos transmitidos por quienes lo hicieron anteriormente; o trate de obtener alimento tan solo con movimientos físicos, y se dará cuenta de que la mente humana es la raíz de todos los bienes producidos y de toda la riqueza que alguna vez haya existido sobre la Tierra. Sin embargo, hay personas que aseguran que el dinero lo consiguen los fuertes a expensas de los débiles.
    ¿Pero a qué fuerza se refiere?
    No es la fuerza de las armas ni de los músculos, ya que la riqueza es el producto de la capacidad del hombre para pensar.
    Entonces, ¿el dinero lo obtiene quien inventa un motor a expensas de quienes no lo inventaron? ¿Lo obtiene el inteligente a expensas del idiota? ¿El capaz a expensas del incompetente? ¿El ambicioso a expensas del holgazán?


    El dinero debe hacerse, antes de que pueda ser saqueado, y es hecho a través del esfuerzo de las personas honradas, en la medida de la capacidad de cada una; y el honrado es aquel que comprende que no puede consumir más de lo que ha producido.
    Comerciar utilizando dinero es el código de los hombres de buenas intenciones, porque el dinero se basa en el axioma de que cada uno es dueño de su mente y de su esfuerzo. El dinero no otorga ningún poder para prescribir el valor de un esfuerzo, más allá de la elección voluntaria de quien desea ofrecer el suyo a cambio. El dinero le permite obtener por sus bienes y su trabajo lo que vale para los que lo compran, pero no más que eso. El dinero sólo permite tratos que se hacen en beneficio mutuo, según el libre juicio de ambas partes. El dinero exige el reconocimiento de que se debe trabajar en beneficio, y no en perjuicio, propio; para ganar, y no para perder. El dinero reconoce que el hombre no es una bestia de carga nacida para transportar el fardo de su propia miseria, que debe ofrecer valores y no agravios, que el lazo común entre los seres no es un intercambio de sufrimientos, sino de bienes. El dinero exige vender, pero no debilidad a cambio de estupidez, sino talento a cambio de razón; exige comprar, no lo peor sino lo mejor que pueda conseguir. Y cuando las personas viven basadas en el intercambio, poniendo como árbitro decisivo a la razón en lugar de la fuerza, lo que triunfa es el mejor producto, el trabajo más perfecto, el hombre de mejor juicio y mayor idoneidad. El grado de productividad de cada uno es también el de su recompensa. Éste es el código de existencia, cuya herramienta y símbolo es el dinero."

    Ayn Rand, La Rebelión del Atlas"